Concepto:
El tema de este mes fue la creación de un umbral, un lecho de muerte o simplemente un memorial diseñado para nosotros mismos, por eso decidí elegir un elemento que representara mis ideas respecto a esta parte de la vida que finaliza nuestros días en la tierra.
El concepto de este proyecto fue la unión del subsuelo y el suelo (que también podría traducirse como la conexión entre el mundo y el inframundo) que se ejemplifica de una manera perfecta con el árbol, pues se alimenta de las raíces que están en la tierra y crece para levantar sus ramas en un plano muy diferente.
Elegí el sauce llorón porque es un árbol que siempre me ha causado una sensación de serenidad, aparenta ser eterno y antiguo, un secreto místico que incluso los celtas admiraron he incluyeron en su horóscopo, en el cual, por cierto, el sauce llorón en mi símbolo.
Proceso
El proceso de este trabajo fue a pasos lentos, no tardé en llegar a la idea del sauce llorón, quería algo eterno que se integrara después de un tiempo.
El problema inició cuando la figura arquitectónica se presentó en mi mente, no era algo que se fuera realizar de una manera sencilla. La forma quedó conformada por una columna con diferentes ramificaciones que caían al suelo para crear un especio interior, rodeada de cristales que le dieran el usuario uno de los tantos sonidos del viento.
El tronco nació de tres diferentes carretes de alambre, que representan las partes más importantes de mi vida, las cuales son: mi familia, mis amigos y mis pasiones. En algunos lugares se juntan o se separan, se enredan o giran, de la misma manera que lo hacen las personas que conviven con uno.
Lo siguiente fue crear el espacio, del tronco principal emergen las ramas también de alambre, en estas se pueden encontrar los cristales que dan el sonido del viento, lo cual nos recuerda que hay cosas que no puedes ver pero que aún existen, al igual que el recuerdo de alguien o su presencia para siempre en nuestra mente.